lunes, 8 de agosto de 2011

¿CUÁNTO VALE UNA PROMESA?


Ayer domingo vi por enésima vez la película “El paciente inglés” y me he dejado imbuir por los sentimientos reflejados en ella, mezcla de pasión desenfrenada, traiciones, remordimientos, pero sobre todo por la fuerza en el corazón de un hombre para cumplir una promesa hecha a la mujer que ama.

Tal vez porque la laxitud del domingo hace que la mente vuele, planeando sobre los recuerdos y vivencias, y tenga una ligera tendencia a planificar, sobrevolando, igualmente, futuros soñados, que se asientan sobre una leve alfombra de arena fina, tan volátil que más parece perteneciente al aire que a la tierra, tal vez por eso, repito, hay cosas que me pregunto e intento contestarme a mí misma.

Me pregunto ¿Cuánto vale hoy una promesa? Y me temo y lo siento que su precio se devalúa a medida que perdemos la esperanza, y más que la esperanza, a medida que perdemos esa fe que debería sostener nuestra palabra como consecuencia de que creemos en aquello que prometimos. ¿Cuánta vida tiene la palabra dada? ¿Un mes, dos meses? ¿un año, tres años? .

La eternidad ya no existe, ya no es aquel lugar de felicidad sin fin y dicha interminable, universo del amor desmedido, romántica estancia donde los amantes no sólo se instalaban sino que acomodaban el amor profesado con el mismo cuidado con el que se trata un objeto frágil y delicado, parecía imposible que lo que era eterno se rompiera, que alguien violara el sentimiento sagrado de entrega mutua bajo el auspicio de la eternidad para rebajarlo a la pequeñez de algo pasajero y mortal.

En esto del amor, ahora, la eternidad parece una palabra vana, sin el valor siquiera de cada una de sus letras, ¿ a qué se debe?, ¿por qué nos cuesta tanto comprometernos?. ¿Por qué hacemos añicos los compromisos con tanta facilidad?

Dudo mucho, ojalá me equivoque, que haya alguien dispuesto a atravesar desiertos, poner su vida en peligro y sufrir tortura, para cumplir una promesa dada en nombre del amor, salvo algún atractivo actor, como Ralph Fiennes, en el papel de alguna película como el Paciente Inglés; Al menos, antes de que salga el “The End” en la pantalla, habremos comprobado el significado de una promesa cumplida.