¡Qué cosa tan rara es
el amor! Y qué grande y bella, y qué desconcertante, y que....
¿Cuántos adjetivos más,
inventados o no, podrían definirlo?. Todos tenemos una historia de
amor, una historia que hemos vivido, vivimos o esperamos vivir, una
historia única que, sin embargo, son muchas, porque el amor se
multiplica y crece en ese preciso instante en el que se cruzan dos
miradas, se rozan unas manos, se siente el aliento del otro al
escuchar el susurro leve de las palabras soñadas.
Entonces, es cuando el
corazón se pone su mejor túnica, se viste con el mejor color,
despliega toda la magia y la esencia concentrada en su interior y se
convierte en el número uno de todos los corazones posibles, en el
¡corazón enamorado!.
Y esa túnica que viste
el corazón enamorado le da los superpoderes más grandes, puede
salvar obstáculos de incomprensión, saltar vallas de aislamiento,
subir montañas de imposibles, y cruzar valles de soledades
infinitas, para llegar a otros. El corazón enamorado, sabe volar por
encima de las nubes, atravesar los océanos, correr bajo la lluvia y
trepar por los muros más altos.
Ese corazón es el que
mejor sabe asomarse a los ojos de quienes lo poseen, sube e inunda la
mirada de una luz tan hermosa, que delata su presencia al mundo.
Acaricia la garganta y hace que nazcan las palabras más bellas,
suban y se asomen a la boca y salgan volando como minúsculas
mariposas con alas hechas de sonidos.
El corazón enamorado es
el que regala amaneceres dorados, busca y encuentra los rincones
donde los besos viven eternamente y elige la canción precisa que
acaricia y emociona el alma. Pinta con acuarelas los almendros en
flor y el azahar de los naranjos, con el mismo blanco azulado con que
pinta la nieve en la cima de la montaña y hace que parezca un
inmenso pastel de chocolate coronado con un chorreón de nata.
Pero lo que mejor hace el
corazón cuando está vestido con la túnica del amor, con la misma
que le hace ser, mi...tu....vuestro....nuestro....corazón
enamorado, lo que borda como nadie, lo que le hace elevarse por
encima de lo mortal, revestirse de una luz que se enciende y apaga a
lo largo de la vida, mientras vamos caminando, es amar, amar sin
descanso, sin límites, sin tregua; amar sin hora ni fecha, amar sin
nombres ni apellidos, sin cifras ni estadísticas, sin distancias.
Amar por amar a quien amas.
Este corazón enamorado,
que parece que estrenamos, cada vez que el amor nos toca y trastoca
nuestra vida, poniendo todo al revés....o al derecho, es el mismo corazón que late apresurado cuando ves que se acerca el amado o la amada, es el mismo que enciende las mejillas y acelera la respiración, el que nos hace sentir vivos. Bendito corazón enamorado.
DEDICATORIA:
(A los que esperan que el amor llame a su puerta, a los que se levantaron y fueron en su busca, a los que el amor les sorprendió mientras luchaban, a los que tantas veces le dieron la bienvenida y le regalaron adioses, y a ti, mi héroe de gestas cotidianas, que me enseñaste a creer en los milagros , en esos que son obra de quien ama)